Por primera vez desde su inauguración en 1936, el Obelisco de Buenos Aires abrió sus puertas al público con un nuevo mirador que promete convertirse en uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Desde esta semana, vecinos y visitantes pueden acceder a la cima del icónico monumento y contemplar las vistas panorámicas de la capital argentina.
El gran cambio que lo hizo posible fue la instalación de un ascensor especialmente diseñado, que permite alcanzar la cima del Obelisco de forma rápida y segura. Hasta ahora, el acceso solo era posible mediante una empinada escalera interna de más de 200 escalones, utilizada únicamente por técnicos o personal autorizado.
El recorrido comienza en la base del Obelisco, donde personal especializado guía a los visitantes hasta el ascensor. En pocos segundos, los lleva hasta el estrecho espacio en la parte superior del monumento, desde donde se puede apreciar la inmensidad de la Avenida 9 de Julio, el Teatro Colón, y otros edificios emblemáticos del centro porteño.
Las visitas están disponibles tanto de día como de noche, lo que permite experimentar diferentes perspectivas del paisaje urbano. Durante el atardecer, el espectáculo de luces y sombras sobre la ciudad se vuelve una de las postales más buscadas por los turistas.
La entrada al mirador es gratuita, pero requiere de una reserva previa obligatoria debido a la gran demanda. Desde que se habilitó la inscripción, más de 25.000 personas se anotaron para vivir esta experiencia. Las visitas se organizan en turnos limitados para garantizar la seguridad y una estadía confortable.
La implementación del mirador forma parte de un plan más amplio de puesta en valor del espacio público y promoción del turismo en la ciudad. Según el Gobierno porteño, la iniciativa busca reforzar el vínculo emocional de los habitantes con su patrimonio y atraer nuevos visitantes al microcentro.
El Obelisco, símbolo indiscutido de Buenos Aires, renueva así su protagonismo como ícono urbano, no solo como punto de encuentro o escenario de celebraciones, sino ahora también como ventana privilegiada a la ciudad. Su nueva función suma valor cultural y turístico a un monumento que ya forma parte de la identidad nacional.
La experiencia promete ser inolvidable para quienes logren un turno. Ya sea para residentes curiosos o turistas que llegan por primera vez, subir al mirador del Obelisco es una forma única de descubrir Buenos Aires desde lo más alto.
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Fuente: relevamiento informativo