En el corazón de Palermo, sobre la calle Bonpland al 1900, se alza la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, un templo de estilo neorrománico que guarda más de un siglo de historia y memoria barrial. Su construcción responde al crecimiento urbano de principios del siglo XX, cuando los terrenos al oeste del arroyo Maldonado comenzaron a poblarse y la comunidad católica necesitó un espacio de congregación propio.

Los orígenes de esta iglesia se remontan a diciembre de 1901, cuando se adquirió el terreno donde hoy se encuentra el templo. La iniciativa surgió del párroco de San Miguel Arcángel, quien solicitó la construcción de una capilla para atender espiritualmente a los vecinos del nuevo "Barrio de Maldonado". Este sector de la ciudad enfrentaba desafíos particulares por su cercanía al arroyo inundable, lo que convertía el proyecto religioso también en una expresión de resistencia comunitaria.

En 1902

El 3 de agosto de 1902 marcó un hito fundacional: el arzobispo Monseñor Mariano Espinosa bendijo la capilla dedicada a Nuestra Señora del Rosario. La ceremonia tuvo una fuerte convocatoria entre los primeros pobladores, quienes vieron en este espacio sagrado un símbolo de arraigo y permanencia en una zona que recién comenzaba a consolidarse urbanísticamente.

De aquella capilla original persiste un único testimonio material: una pila bautismal de mármol de Carrara donada por la feligresía local y fechada precisamente el día de la inauguración. Este objeto, que hoy se conserva en el presbiterio del templo actual, representa el compromiso comunitario de los primeros vecinos y conecta directamente con la fundación del espacio religioso, siendo el remanente más puro de aquella veneración inicial.

La iglesia actual, construida durante las primeras décadas del siglo XX para acompañar el crecimiento del barrio, adoptó el estilo neorrománico con marcada influencia italiana. Su arquitectura se caracteriza por una fachada simétrica que incluye una rosácea central, tímpano triangular y una gran puerta en arco. La piedra clara utilizada en su construcción resalta elegantemente contra el cielo porteño, mientras que la alta torre campanario, con ventanas verticales y coronación octogonal, se convierte en punto de referencia visual del sector.

El perfil austero pero elegante del templo refleja la espiritualidad dominica, orden tradicionalmente ligada a la advocación mariana del Rosario. Esta sobriedad arquitectónica no resta magnificencia al conjunto, sino que refuerza su carácter contemplativo y su función como espacio de encuentro comunitario en un barrio que experimentaba una rápida transformación urbana.

Más allá de su valor arquitectónico, la Parroquia Nuestra Señora del Rosario mantiene una intensa vida pastoral y social. Alberga misas regulares, catequesis, celebraciones específicas del Rosario y diversas acciones solidarias que la vinculan estrechamente con la comunidad de Palermo. Estas actividades perpetúan el espíritu fundacional de servicio comunitario que motivó su creación hace más de un siglo.

La historia de este templo ilustra cómo los espacios religiosos funcionan como catalizadores del desarrollo barrial y custodios de la memoria colectiva. Desde aquella pequeña capilla de 1902 hasta la actual iglesia neorrománica, la Parroquia Nuestra Señora del Rosario ha acompañado la evolución de Palermo, conservando en su pila bautismal de Carrara el testimonio tangible de una comunidad que decidió echar raíces junto al arroyo Maldonado y construir, piedra a piedra, su identidad espiritual y social.

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Fuente: relevamiento informativo e histórico del editor