Por Sebastián Di Domenica. Argentina enfrenta un desafío crítico en la carrera geopolítica por la inteligencia artificial y la robótica, áreas que serán determinantes en la economía global por venir. Mientras Estados Unidos y China lideran esta competencia tecnológica, nuestro país se encuentra rezagado de manera significativa. En primer lugar
porque aún no cuenta con una estrategia nacional que le permita competir en el actusl escenario global.
A pesar de las declaraciones políticas recurrentes del gobierno nacional sobre la importancia de la innovación y la IA, las acciones concretas son escasas y fragmentadas. Las iniciativas más relevantes se observan en mayor medida desde provincias y municipios, lo que revela una falta de plan integral de alcance nacional. Esto contrasta con países de la región como Brasil y Chile, que ya cuentan con planes estratégicos específicos, y que cuentan con una muy relevante inversión de parte del estado.
Educación en falta
El sistema educativo argentino en relación con la IA representa uno de los puntos más débiles en esta carrera. La capacitación docente en inteligencia artificial debe ser una estrategia clave, pero aún no hay acciones efectivas, más allá de declaraciones.
El desconocimiento o capacitación escasa de maestros y profesores de colegios públicos limitan las posibilidades de las nuevas generaciones de acceder a las herramientas necesarias para participar en la economía digital de la IA y la robótica. Esta deficiencia educativa no solo afecta la formación de recursos humanos especializados, sino que también limita la capacidad del país para desarrollar soluciones tecnológicas propias.
La falta de inversión estatal en infraestructura tecnológica y para la reducción de brechas digitales agrava la situación. Argentina necesita un Estado presente que lidere la transformación, no solo mediante recursos económicos, sino también para promover alianzas estratégicas entre el sector público y privado. Esta colaboración resulta fundamental para impulsar áreas científicas y técnicas, así como para fortalecer las universidades como centros de investigación e innovación.
Un ejemplo ilustrativo de esta carencia es el caso del chatbot implementado en una escuela de Santa Fe para asistir a estudiantes, que fue una noticia de mucha repercusión. Aunque la iniciativa generó considerable eco mediático, representa apenas una gota en el océano de lo que se requiere. Esta experiencia puntual demuestra tanto el potencial existente como la urgente necesidad de acciones más ambiciosas y sistemáticas a nivel nacional.
La ausencia de una estrategia integral coloca a Argentina en una posición vulnerable frente a la economía global emergente. Mientras otros países invierten masivamente en investigación, desarrollo y educación en IA, Argentina corre el riesgo de quedar relegada a un papel marginal en las cadenas de valor tecnológicas. Esta situación no solo afecta la competitividad económica, sino también la soberanía tecnológica del país.
Las políticas gubernamentales actuales de 2025 se encuentran distantes de lo que requiere esta transformación. La falta de apoyo a ciencia y técnica, sumada a recortes en educación e investigación, contradicen las necesidades urgentes del país. Sin un cambio de rumbo, Argentina perderá oportunidades cruciales para posicionarse como un actor relevante en la economía digital.
El tiempo para actuar se agota rápidamente. Argentina debe desarrollar inmediatamente una estrategia nacional que priorice la educación tecnológica, la capacitación docente y la inversión en infraestructura digital. Solo mediante un compromiso integral del Estado, en colaboración con universidades y empresas, el país podrá recuperar terreno en esta carrera tecnológica que definirá su futuro económico y social.
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Fuente: análisis editorial