El nuevo incremento en las tarifas del transporte público en la Ciudad de Buenos Aires ha desatado una ola de protestas y reclamos entre los usuarios, quienes enfrentan un panorama cada vez más complejo para su economía familiar. La medida, que afecta a 31 líneas de colectivos, además del subte y los peajes, establece un aumento mensual del 2% más el ajuste por inflación, generando preocupación entre los sectores más vulnerables de la sociedad.

La situación se torna especialmente crítica para aquellos trabajadores que deben utilizar múltiples medios de transporte para llegar a sus lugares de trabajo. Este es el caso de Miguel, quien en diálogo con C5N, relató que debe tomar dos colectivos y un tren diariamente, lo que representa un gasto significativo en su presupuesto mensual. "Prácticamente trabajo solo para pagar el transporte", expresó con resignación, agregando que debe realizar trabajos extras como cortar pasto y plomería para llegar a fin de mes.

El impacto del aumento se magnifica ante la decisión de numerosas empresas de eliminar el trabajo remoto, obligando a sus empleados a retornar a las oficinas y, consecuentemente, a incrementar sus gastos en transporte. Esta situación se ve agravada por el hacinamiento en las unidades y la calidad deficiente del servicio, según denuncian los usuarios en diversos medios de comunicación.

Los testimonios de los afectados revelan una realidad preocupante. Mónica, otra usuaria entrevistada por C5N, manifestó que los aumentos en el transporte "son un golpe constante" del gobierno, evidenciando lo que ella considera un "desprecio hacia los trabajadores". Esta percepción es compartida por numerosos pasajeros que ven cómo sus ingresos se deterioran mientras los costos continúan en ascenso.

La situación no solo afecta a los usuarios sino también a los trabajadores del sector. Marcelo, chofer de colectivo, expresó su preocupación ante las cámaras de C5N, señalando que mientras los pasajes aumentan, los sueldos de los choferes permanecen estancados. A pesar de trabajar siete horas diarias y contar con vivienda propia, manifiesta que llegar a fin de mes se ha convertido en un desafío cada vez más difícil.

Los jubilados constituyen otro de los grupos más afectados por esta medida. Una jubilada entrevistada por TN expresó su indignación, señalando que el gobierno ignora a los trabajadores y que la situación económica se ha vuelto insostenible. El impacto en este sector de la población es particularmente severo, considerando sus ingresos fijos y limitados.

La crisis del transporte público ha llevado a muchas familias a implementar estrategias de supervivencia. Miguel, por ejemplo, menciona que debe racionar la comida, comprando un kilo de carne para distribuirlo en varias comidas. Esta realidad refleja cómo el aumento en el transporte afecta directamente la capacidad de los ciudadanos para cubrir sus necesidades básicas.

El panorama general muestra un deterioro significativo en la calidad de vida de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires, especialmente entre los trabajadores y jubilados. Los testimonios recogidos evidencian no solo el impacto económico directo de los aumentos, sino también un creciente malestar social ante medidas que, según los afectados, profundizan las dificultades para mantener un nivel de vida digno en un contexto de alta inflación y salarios estancados.

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Fuente: relevamiento informativo del autor y crónica en colectivo