Ante la marcada ola de calor en marzo de 2025, la agrupación de vecinos Interbarrial Buenos Aires (IBBA) alertó sobre una Emergencia Urbana Ambiental y a su vez afirmó que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) prioriza los negocios inmobiliarios por encima de la calidad de vida de los ciudadanos, promoviendo un modelo de desarrollo que aumenta la temperatura urbana y reduce los espacios verdes en la capital argentina.
Bajo el lema "Arde Buenos Aires", la multisectorial vecinal señaló desde redes sociales
que la ciudad ha experimentado un crecimiento edilicio descontrolado en la última década, con la construcción de 10 millones de metros cuadrados (equivalente a cinco veces el área de Puerto Madero). Este boom inmobiliario, acelerado desde la aprobación del Código Urbanístico en 2018, ha provocado la cementación de espacios verdes públicos y la destrucción de los "pulmones de manzana", afectando principalmente a los barrios de casas bajas.
Los vecinos denuncian que la Legislatura porteña ha aprobado al menos 11 convenios urbanísticos que otorgan excepciones para negocios inmobiliarios. Particularmente cuestionan el "tratamiento exprés" del convenio para la construcción de un barrio de torres de lujo en Costanera Sur, sin los correspondientes estudios de impacto ambiental. Advierten que la "pared de cemento" de Puerto Madero y sus megatorres de 100 metros obstruyen la renovación del aire, crucial para mantener fresca una ciudad ribereña como Buenos Aires.
El colectivo vecinal también denuncia la tala indiscriminada de árboles, señalando que el gobierno no brinda información transparente sobre el tratamiento y mantenimiento del arbolado urbano. Subrayan la importancia del arbolado como regulador térmico, recordando que la diferencia de temperatura entre zonas arboladas y no arboladas puede alcanzar hasta 20°C en días calurosos.
Otra crítica apunta a la cementación de plazas, especialmente en el centro y sur de la ciudad, donde las políticas de protección y aumento de espacios verdes no reciben la misma atención que en la Costanera y el norte. La organización advierte que el gobierno está cediendo terrenos verdes públicos en lugar de preservarlos para mitigar los efectos del calor extremo.
Los vecinos recuerdan que hace 30 años que la Legislatura porteña debería haber sancionado un Código Ambiental, una deuda histórica que refleja la falta de compromiso con la sostenibilidad urbana. Irónicamente, señalan, mientras la ciudad sufre temperaturas extremas debido a estas políticas, el gobierno distribuye botellas de agua como solución paliativa.
La organización vecinal propone un enfoque integral para mitigar el calor extremo, que incluiría la generación de nuevos espacios verdes reales (no los "canteros de cemento que contabiliza el GCBA"), la protección de los barrios de casas bajas y los pulmones de manzana, y una planificación urbana con conciencia ambiental.
Finalmente, la IBBA hace un llamado a la participación ciudadana efectiva, invitando a los vecinos de cada barrio a sumarse al reclamo bajo la consigna: "Las y los vecinos de la Ciudad queremos ser escuchados". La iniciativa busca contrarrestar lo que consideran un modelo de desarrollo que sacrifica la calidad ambiental por intereses económicos inmediatos.
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Fuente: campaña en redes sociales de Interbarrial Buenos Aires IBBA