La economía argentina sigue mostrando señales contradictorias en su lucha contra la inflación. Según datos oficiales publicados esta semana, la inflación en la Ciudad de Buenos Aires alcanzó el 3,2% durante marzo, superando significativamente el 2,1% registrado en febrero. Mientras tanto, a nivel nacional, el INDEC reportó un índice inflacionario del 3,7%, evidenciando un crecimiento generalizado de los precios en todo el país.

El acumulado del primer trimestre de 2025 ya se ubica en un preocupante 8,6% para la Ciudad de Buenos Aires, mientras que en términos interanuales la inflación alcanza el 63,5%. Si bien este último dato representa una mejora respecto a períodos anteriores donde se superaba el 100%, la aceleración mensual enciende alarmas sobre la efectividad de las políticas de estabilización económica implementadas por el gobierno.

Entre los sectores que más impulsaron el alza de precios en marzo, se destacan claramente Educación, Alimentos y bebidas no alcohólicas, y Prendas de vestir y calzado. Particularmente, el rubro alimenticio mostró un incremento del 4,7%, con aumentos notables en verduras, tubérculos y legumbres (25,8%), afectados por las intensas lluvias y la consecuente escasez de productos frescos.

Las carnes y sus derivados no se quedaron atrás, con un aumento del 5,7%, mientras que lácteos y huevos subieron un 1,9% y pan y cereales un 1,6%. Otros rubros importantes como Prendas de vestir y calzado registraron un incremento del 4,5%, y Vivienda, agua, electricidad y gas aumentaron un 2,7%, mientras que Bebidas alcohólicas y tabaco mostraron un comportamiento más moderado con un 0,8%.

El panorama resulta particularmente preocupante al considerar que varios de estos aumentos superan los ajustes salariales pactados en las últimas negociaciones paritarias, profundizando la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. Economistas consultados señalan que esta brecha entre precios y salarios podría ampliarse si las próximas rondas de negociaciones laborales no contemplan adecuadamente la aceleración inflacionaria.

A esto se suma la reciente escalada en el precio de los huevos detectada a principios de abril, lo que anticipa que el índice del cuarto mes del año podría ser aún más elevado. Diversos analistas coinciden en que, de continuar esta tendencia, la inflación de abril superaría nuevamente el 3%, alejándose considerablemente de los objetivos planteados por las autoridades económicas.

El gobierno había proyectado para marzo una inflación por debajo del 2%, meta que quedó lejos de cumplirse tanto en la Ciudad de Buenos Aires como a nivel nacional. Este desvío refleja las dificultades persistentes para controlar las presiones inflacionarias en una economía que sigue mostrando desequilibrios estructurales.

Mientras los funcionarios gubernamentales insisten en que la desaceleración interanual muestra un camino correcto hacia la estabilización, los datos mensuales revelan una realidad más compleja. La preocupación crece entre consumidores y empresarios por igual, quienes ven cómo la planificación económica se vuelve cada vez más difícil en un contexto donde los precios continúan su escalada mes tras mes, erosionando sistemáticamente el poder de compra de las familias argentinas.

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