La televisión argentina ha sido testigo de un momento histórico que podría marcar un antes y un después: Susana Giménez protagonizó una entrevista única consigo misma, recreando su personaje de La Mary de hace 50 años mediante inteligencia artificial (IA) y la participación de una actriz. Este experimento audiovisual no solo captó la atención del público con altos picos de rating, sino que también expuso las enormes posibilidades que ofrece la tecnología moderna para reimaginar contenidos y expandir las fronteras de la creatividad.
La recreación digital logró un nivel de precisión y credibilidad sorprendente, generando una ola de asombro y emoción entre los espectadores. La calidad de la representación de Susana joven fue tan detallada que difuminó los límites entre la realidad y la recreación tecnológica, demostrando el potencial transformador de la inteligencia artificial en la producción televisiva.
Este acontecimiento se enmarca en una tendencia global donde diversos países exploran las capacidades de la IA para reinventar contenidos audiovisuales. En Alemania y el Reino Unido, por ejemplo, ya se han realizado experimentos similares que incluyen recreaciones de personajes históricos y celebridades.
Posibilidades y desafíos
Sin embargo, la implementación de la IA en medios audiovisuales no está exenta de desafíos. Mientras presenta oportunidades extraordinarias para la innovación narrativa, también genera interrogantes éticos y profesionales. Existe el riesgo de confusión y potenciales errores, especialmente en el ámbito periodístico, donde la veracidad de la información es fundamental.
La transformación tecnológica implica cambios significativos en la estructura laboral del sector. Aunque la IA podría automatizar tareas como edición de video, mejora de imágenes y escritura de guiones, simultáneamente abre nuevos horizontes profesionales. La creación de contenido digital, la escritura especializada y el desarrollo de herramientas tecnológicas emergen como campos laborales prometedores.
El caso de la entrevista de Susana ilustra el carácter colaborativo que requiere el contenido generado por inteligencia artificial. No se trata de un proceso automatizado, sino de un esfuerzo conjunto que involucra múltiples profesionales: actores de doblaje, guionistas, artistas digitales y especialistas en tecnología, quienes aportan su creatividad y conocimientos para materializar estos proyectos innovadores.
La coincidencia temporal con el lanzamiento de tecnologías como Sora de OpenAI y Aurora de Grok añade un contexto adicional de relevancia. Estas herramientas permiten crear videos de hasta 20 segundos y generar imágenes realistas con personas reales en escenarios ficticios, profundizando la capacidad de difuminar los límites entre realidad y ficción.
La revolución de la IA en televisión no es simplemente una tendencia pasajera, sino una transformación estructural que redefine las narrativas audiovisuales. Como sucedió con anteriores avances tecnológicos, esta revolución no solo eliminará ciertos trabajos, sino que generará ecosistemas laborales completamente nuevos, donde la imaginación y la tecnología se fusionan para crear experiencias de entretenimiento nunca antes imaginadas.
Fuente: Telefé, relevamiento propio y charla en video
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