La estación Plaza Italia del subte Línea D cerrará temporalmente a partir del lunes 11 de agosto por un plan de renovación integral que incluye impermeabilización de paredes y techos, trabajos de pintura, instalación de luces LED, recambio de pisos y mobiliario, nueva señalética y restauración de murales y cerámicas para preservar el patrimonio cultural.
Aunque estas mejoras apuntan a modernizar la estación, la experiencia reciente en obras similares, como las de la estación Palermo, genera dudas. En ese caso, los trabajos se extendieron más de lo previsto, provocando demoras, saturación en otras estaciones y complicaciones para los vecinos de Palermo y zonas cercanas.
El cierre de Plaza Italia afectará a un punto estratégico de la Línea D, especialmente en jornadas con actividades en La Rural, el Ecoparque o el Jardín Botánico. Los usuarios deberán optar por estaciones cercanas como Palermo y Scalabrini Ortiz, lo que probablemente incremente la congestión en andenes y formaciones.
El malestar se agrava por el alto costo del subte. En los últimos 12 meses, la tarifa tuvo incrementos muy superiores al promedio de inflación, convirtiéndose en un gasto importante para trabajadores y estudiantes que dependen del transporte público. Así, los pasajeros pagarán más por un servicio que durante meses tendrá menos accesos y mayor incomodidad.
Más allá de esta obra puntual, el gran reclamo de usuarios y especialistas es la ampliación de la red de subtes. Buenos Aires lleva más de 16 años sin sumar ramales o estaciones de manera significativa, con proyectos frenados y sin cronograma definido.
En los últimos 18 años, la gestión para expandir el subte ha sido casi inexistente por falta de decisión política. Esto ha dejado a la ciudad con una de las redes más cortas del mundo en relación con su población y extensión urbana, obligando a concentrar la demanda en pocos tramos y provocando sobrecarga en horas pico.
Si las obras de Plaza Italia se demoran, el impacto sobre la Línea D podría ser mayor, con formaciones más llenas y tiempos de espera más prolongados. Especialistas advierten que la combinación de cierres temporales y ausencia de ampliaciones agrava la experiencia de viaje.
La modernización de Plaza Italia es una buena noticia circunstancial, pero sin relevancia en el contexto de los problemas estructurales: tarifas elevadas, obras que se prolongan más de lo anunciado y una red de subtes que necesita crecer con urgencia para brindar un servicio más rápido, accesible y eficiente.
Fuente: gcba, relevamiento informativo y análisis editorial
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